En todo el país, están apareciendo impactantes relatos de abusos, malos tratos y uso excesivo de fuerza contra detenidos y reclusos en los juzgados, cárceles y prisiones estadounidenses. Muchas de estas instalaciones, encargadas de salvaguardar los derechos y garantizar la justicia, albergan en cambio casos de moderación excesiva, trato inhumano y supervisión negligente que violan tanto los derechos constitucionales como los estándares internacionales de trato humano.
La confianza del público en estas instituciones depende de la rendición de cuentas, la transparencia y el respeto por la dignidad humana, ideales que se ponen en peligro cuando el maltrato no se controla. En este artículo, analizaremos más de cerca los métodos y dispositivos inhumanos que se utilizan contra acusados y reclusos, y los casos recientes y notables de abuso en Illinois que involucran instalaciones como la cárcel del condado de Peoria y la cárcel del condado de Coles.
Dispositivos de Restricción y Control Comúnmente Utilizados
Los dispositivos utilizados para controlar a los detenidos y reclusos están destinados a garantizar la seguridad y el cumplimiento en situaciones volátiles. Sin embargo, muchas de estas herramientas, cuando se utilizan de manera inadecuada o excesiva, tienen consecuencias dolorosas, degradantes e incluso potencialmente mortales para quienes las utilizan. A continuación, se detallan algunos de los métodos de inmovilización más criticados y los efectos nocivos que pueden tener:
1. Esposas Paralizantes
Las esposas paralizantes son dispositivos de descarga eléctrica que se colocan en las muñecas o los tobillos de una persona y que el personal penitenciario puede activar de forma remota. Originalmente pensados como una opción de último recurso para someter a personas que representan un peligro importante, estos dispositivos se utilizan cada vez más en situaciones que no justifican medidas tan extremas. En Illinois, la cárcel del condado de Coles ha sido objeto de escrutinio por supuestamente utilizar esposas paralizantes para intimidar o controlar a los detenidos, a menudo en situaciones en las que la fuerza no letal habría sido suficiente. La activación de una pulsera paralizante genera una descarga eléctrica que puede provocar un dolor insoportable, espasmos musculares y, en ocasiones, un traumatismo duradero.
2. Sillas de sujeción
Las sillas de sujeción están diseñadas para inmovilizar a un detenido atando sus extremidades a la silla, y a menudo se usan en personas consideradas un peligro para ellos mismos o para los demás. Aunque estas sillas están destinadas a evitar daños a uno mismo o daños al personal, su mal uso se ha documentado en varias instalaciones. Un informe reciente de la cárcel del condado de Peoria en Illinois destacó abusos en los que los detenidos eran atados a sillas de inmovilización durante horas (mucho más allá de los límites de tiempo seguros), lo que les causaba dolor físico, problemas de circulación y trauma emocional. Además, los detenidos han informado que se les ha negado el acceso a alimentos, agua y baños mientras estaban restringidos, lo que exacerba el impacto físico y psicológico de este confinamiento.
3. Tasers y spray de pimienta
Las armas Taser y el spray de pimienta se utilizan ampliamente para controlar multitudes y someter a personas que no obedecen. Sin embargo, el uso repetido y excesivo puede causar problemas de salud graves, incluidos problemas respiratorios, paro cardíaco y daño neurológico. Ha habido innumerables informes de agentes que han utilizado armas Taser y gas pimienta como medidas punitivas y no por necesidad, sometiendo a los detenidos a dolor y sufrimiento excesivos en el proceso.
4. Capuchas para escupir – “Spit Hoods”
Las capuchas para escupir son hechas de malla que se colocan sobre la cabeza de una persona para evitar escupir y morder. Mientras son útiles para la prevención de enfermedades, pueden provocar pánico, ansiedad y dificultades respiratorias, especialmente en personas que sufren de claustrofobia o problemas respiratorios. Si se dejan puestas durante períodos prolongados, las capuchas para saliva pueden provocar asfixia, como se demostró trágicamente en varios casos recientes.
5. Cadenas y grilletes
Las cadenas y los grilletes son medios tradicionales de inmovilización, pero todavía se utilizan ampliamente a pesar de las alternativas modernas. A menudo se aplica grilletes indiscriminadamente a todos los detenidos durante el transporte, independientemente de su comportamiento o riesgo. Esta práctica puede ser degradante e innecesariamente restrictiva, ya que los detenidos se ven obligados a caminar o sentarse en posiciones incómodas durante largos períodos, arriesgándose a sufrir lesiones físicas y humillaciones.
6. Restricciones de cama, camisas de fuerza y tablas de sujeción
Las restricciones en la cama, las camisas de fuerza y las tablas de sujeción son formas extremas de sujeción que a menudo se utilizan en personas que experimentan crisis de salud mental. Sin embargo, estos métodos pueden causar graves daños físicos, especialmente cuando los detenidos permanecen inmovilizados durante horas. Las camisas de fuerza y las tablas de sujeción obligan al cuerpo a adoptar posiciones antinaturales, lo que provoca dolor en las articulaciones, reducción de la circulación y aumento de la agitación del individuo.
Incidentes recientes de cárcel y abuso policial
La mala aplicación de estos dispositivos va más allá de las violaciones de políticas; a menudo implica una decisión consciente de infligir dolor o hacer valer el poder, a veces como represalia por infracciones menores. Las repercusiones de estas prácticas son profundas y causan daño físico, angustia mental y, a veces, incluso la muerte.
- Abuso de Silla de Sujeción: cárcel del condado de Peoria
En la cárcel del condado de Peoria, ubicada en Peoria, Illinois, varios detenidos han presentado informes de abuso en sillas de sujeción, alegando que fueron atados con cinturones durante períodos prolongados como medio de castigo y no por seguridad. Para algunos detenidos, las restricciones se aplicaron con tanta fuerza que cortaron la piel, causando un dolor insoportable y, en ciertos casos, daño a los nervios a largo plazo. El mal uso de las sillas de inmovilización, junto con los informes de que a los detenidos se les niega el acceso al agua o al baño, plantea serias preocupaciones sobre la cultura dentro de la administración de la cárcel y la falta de rendición de cuentas entre su personal.
- Abuso de Esposas Paralizantes: cárcel del condado de Coles
De manera similar, en la cárcel del condado de Coles, ubicada en Charleston, Illinois, los detenidos han alegado que se han utilizado esposas paralizantes como medio de intimidación y control excesivo. Han surgido informes de que se activaron esposas paralizantes en situaciones en las que los detenidos no representaban una amenaza inmediata. El resultado fue dolor intenso, trauma y miedo duradero entre los reclusos, muchos de los cuales sintieron que el dispositivo se utilizaba para silenciarlos o castigarlos en lugar de mantener el orden.
- Abuso de Capuchas para escupir “Spit Hood”: Departamento de Policía de Rochester, Nueva York
Poco después de llegar a Nueva York para visitar a sus familiares, Daniel Prude, residente de Chicago desde hace mucho tiempo, sufrió un incidente de salud mental. Fue evaluado en un hospital, pero luego entregado a su familia. Poco después se quitó la ropa y salió corriendo a la calle. Llegó la policía, lo esposó y le puso una “capucha para escupir” en la cabeza porque supuestamente estaba escupiendo. Mientras la víctima suplicaba que lo dejaran subir, la policía presionó su cabeza contra el pavimento durante dos minutos, todo fue captado en vídeo. El luego falleció por complicaciones de asfixia, según el médico forense.
Responsabilidad y recursos legales para las víctimas
Cuando ocurren incidentes de este tipo, los presos y sus familias muchas veces se preguntan qué recursos tienen. Las víctimas de estos abusos tienen derecho a buscar recursos legales por la violación de sus derechos constitucionales. La Octava Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos protege a las personas de castigos crueles e inusuales, y la Decimocuarta Enmienda garantiza el derecho al debido proceso. Si el trato que recibe un detenido equivale a fuerza excesiva, indiferencia deliberada o castigo directo sin el debido proceso, puede tener motivos para emprender acciones legales contra el centro, la administración y el personal involucrado.
Millones recaudados para las víctimas de abuso
Nuestro equipo con experiencia legal ha recuperado millones de dólares en compensaciones para clientes, lo que refleja la dedicación de la firma a la justicia y su historial de éxito. Si usted o un ser querido ha sufrido maltrato, restricción excesiva o abuso a manos de agentes del orden o funcionarios penitenciarios, sepa que no está solo. Nuestra firma está aquí para garantizar que se haga justicia, se protejan sus derechos y se escuche su voz. Nuestros abogados también han representado con éxito a víctimas de abuso sexual, abuso en centros de detención juvenil, abuso por parte de médicos y enfermeras, y abuso en internados e instalaciones de rehabilitación.
Podemos ayudar
La firma de abogados Mitchell S. Sexner & Associates LLC se dedica a representar a las víctimas de tales abusos. Con un profundo conocimiento del sistema de justicia penal, el abogado Mitchell Sexner, fundador de Mitchell S. Sexner & Associates LLC, aporta conocimientos únicos como exfiscal penal. Habiendo buscado justicia en nombre de las víctimas y con un profundo conocimiento de la responsabilidad requerida en tales casos, el abogado Sexner lidera un equipo que tiene experiencia y pasión por defender los derechos civiles y penales de los detenidos y reclusos sometidos a tratos inhumanos.
Para obtener más información o hablar directamente con nuestros abogados sobre su caso, comuníquese con Mitchell S. Sexner & Associates LLC al (312) 644-0444. Estamos comprometidos a defender los derechos de cada individuo y a desafiar las injusticias que ocurren dentro del sistema de justicia penal estadounidense.